miércoles, 3 de octubre de 2012

Capítulo 02: Nothing will never come between us

22 de Noviembre
18:00

Lana se sentó en la cama, al lado de Dan.

-Tengo algo que decirte.- Dijo Lana.

Dan levantó una ceja y cerró los ojos fuerte, creyendo algo peor de lo que realmente era. Él esperaba algo parecido a que se había metido en la droga, que se mudaba, o dios sabe lo que tendría esa chica en la cabeza, pero lo que tenía que decirle le sorprendió más que las demás cosas, pero al menos se sintió aliviado.

-Me he pillado por... Savannah.- Las palabras casi la ahogaban,  necesitaba decirlo, soltarlo, saber que alguien más lo sabe y que pueda ayudarla psicológicamente.

Dan se llevó las manos a la frente, y después se rascó la nuca.

-Genial, y ¿ahora qué? ¿te la vas a ligar o algo así?

Lana le dio una colleja a Dan ,y este río a carcajadas hasta caerse hacia atrás, realmente le parecía interesante lo que le acababa de decir Lana, teniendo en cuenta el pasado de la chica, parecía tener un futuro aún más confuso.

-¿Entonces te gustan las chicas?

-NO.- Rotundo, elevando la voz, pero ¿sincero? - ¡Que asco! Me gustan los tíos, ¿vale? No sé por qué te habré dicho nada, sí ibas a salir con otros temas que no tienen nada que ver.

-Yo creo que SÍ tiene mucho que ver, te has pillado por una profesora, es una chica,joder, no es tan difícil de deducir que también te gustan las pivas.

Lana se levantó de la cama y se cruzó de brazos, se quedó mirando fijamente a Dan, y pensando si su amigo tendría razón, aunque su mente lo negaba rotundamente, su corazón parecía tener una opinión distinta respecto al tema, pero estaría silenciado durante mucho tiempo, hasta que ella tuviese el valor de darle la razón a su mejor amigo. Dan se levantó de la cama y la abrazó fuerte, sincero, con ese abrazo trataba de decir que no importa lo que sienta en su corazón, ni por quién, nada se interpondrá en su amistad.

-Puedes confiar en mí, sea lo que sea, no te averguenzes o sientas miedo...-Dijo Dan con su voz dulce como la miel, mirándola a los ojos, con sus ojos grises.

-De acuerdo.

Lana lo abrazó fuertemente, como a un hermano mayor, aunque ciertamente, quizás Dan no la veía a ella como una hermana pequeña.

22:00

Lana miró por la ventana de su habitación, se veía la luna y era extraño porque siempre solía estar nublado y no se veían ni la luna ni las estrellas. Lana se tomó aquello como una señal para dejarse llevar por lo que sentía, así que pidió un deseo.

-Deseo aclarar lo que siento y ser sincera conmigo.- Dijo en voz de susurro.

Lisa, observaba detrás de la puerta, como su nieta le hablaba a la luna, podría parecer que había perdido el norte, pero se le llenaron los ojos de lágrimas,quizás Lana volvía a tener ilusión por algo y eso la enorgullecía mucho.

23 de Noviembre
08:00

Lana puso rumbo al instituto un día más con su scooter, estaba diluviando, llevaba unos pantalones de deporte, una sudadera con capucha y unas zapatillas, tenía todo el maquillaje corrido por la cara, parecía que había estado llorando, aunque tenía muchas ganas, pero sabía controlarse.
Llegó al aparcamiento del instituto, Dan estaba allí y también Leah, una chica nueva, algo tímida.

-Hey.- Dijo Dan, mientras Lana aparcaba su moto al lado de la de Leah.

Dan y Lana se dieron un abrazo, Lana saludó a Leah con una palmada en el hombro, cordial , poco cariñoso, amistoso. Leah era mucho más bajita que Lana, debía medir 1'55 , era muy regordeta, rubia, ojos claros, siempre llevaba una coleta , lo más característico de Leah era su cara redonda llena de acné, y sus gafas de culo de botella, como se dice vulgarmente.

-Oye Lana, ¿tú vienes a la fiesta del bosque?- Dijo Leah.

-Mm.. Sí, creo que sí.

-Ah, es que mi hermano la organiza y tal, y estoy viendo quién viene y eso.- Dijo Leah con una risilla aguda y desafinada.

-¿Quién es tu hermano?- Preguntó Lana arqueando las cejas.

-¡¿A caso no lo sabes?!- Gritó Dan violentamente.- Es Chad Woodward, ese chico.- Señaló  a un chico rubio, delgado, rapado, bastante guapo pero con cierta mala pinta.

Lana soltó un 'Ah' y entraron los tres a clase, tocaba Literatura, Savannah hoy llevaba su pelo suelto, con un vestido ceñido de flores, bastante elegante y bonito, y unos taconazos amarillos que resaltaban mucho sus piernas.Lana estuvo bastante entretenida en clase, haciendo garabatos en la parte de atrás de su cuaderno de Literatura, lo que sea pero no quería prestar atención, quería meterse en su mundo como hacía siempre. Lana apoyó su cabeza en su mano, y el brazo en la mesa, estaba muy aburrida y se preguntaba que iba a ponerse para la fiesta del bosque, ya que solo faltaban dos días. Estaba nerviosa, había estado solo en dos fiestas, que ella recordase, una la montó Dan, fue un desastre no fue nadie y acabaron los dos bebiendo whisky , la otra fue de una antigua amiga, cuando tenía 14 años, allí descubrió el éxtasis por primera vez y   quedó maravillada, al punto de tener que ser hospitalizada, pero comprendió que si seguía así su abuela lo descubriría y le haría daño, decidió parar esa 'mala' vida por su abuela.

Las horas se le pasaron volando, y antes de darse cuenta estaba en la última clase del día, matemáticas, todos sus compañeros estaban nerviosos, cansandos, armando un follón mientras que llegaba el profesor, Lana se levantó  para ir hacia la mesa de Dan y hablar un rato, pero justo entonces entró el profesor, estaba sudoroso, despeinado, con rostro cansado y muy mala uva. Nadie soportaba a los alumnos a esas horas del día.

-Señorita Morrison, ¿qué hace usted de pie?-Preguntó el profesor.

El corazón de Lana aceleró, las piernas le temblaban, decidió volver a su sitio temblorosa, el sudor frío le recorría la espalda, sentía las fuertes palpitaciones.

-¿No va usted a responderme? Trata de reírse de mí, ¿cierto? La veo esta tarde en el aula de castigados.

Lana sintió una fuerte frustración, su timidez no la dejaba enfrentarse al profesor, ahora tendría que pasar la tarde en el aula de castigados, su abuela se preocuparía, era una mierda, pero ella no podía ni siquiera parpadear, los nervios la estaban matando.

La hora pasó rápida, Lana estaba indignada, recogió sus cosas y se dirigió al aula de castigados, genial, no había nadie ni quiera el profesor, ahora tendría que esperar. Lana buscó asiento al final de la clase y se puso
a ojear el libro de Biología. El cuerpo humano. Pasó de página, finalmente cerró el libro, totalmente aburrida, sin nada que hacer, sin ningún profesor que la vigilase, no se atrevía a salir de la clase por si aparecía  alguien y le decía Pero como un angel, ella apareció. Savannah. Entró por la puerta un poco tímida, miro a su alrededor hasta que dio con la chica.

- El señor Goodwin ha tenido que irse, al parecer su mujer ha tenido un problema con las cañerías de la casa. Parece que estamos solas.- Dijo Savannah, con su voz dulce, maternal, tierna.

Lana se limitó a sonreír, era lo único que su cuerpo le permitía hacer ahora, su corazón palpitaba fuertemente,parecía que se le iba a salir del pecho, sentía las manos sudorosas, y la cara muy caliente, debía de estar roja, que vergüenza. Savannah se sentó en la mesa del profesor, sacó unos examenes, se cruzó de piernas y se puso a corregirlos.
Lana se rió interiormente, a veces se había imaginado que ella y Savannah tenía algo, pero en realidad Savannah parecía una mujer de lo más normal con las preocupaciones de su edad, una profesora cualquiera. Sin embargo, el detalle que le impresionó es que no llevaba sortija de compromiso.
Lana parecía haberse calmado un poco, decidió sacar su telefono movil, con cuidado de que no lo viese Savannah, pero se percató enseguida, se notaba que llevaba algunos años quitando móviles.

-Oye, no se permiten móviles en clase, dámelo.

Lana se levantó de su sitio, arrastrando la silla, se acercó temblorosa a la mesa de la profesora y le tendió su mano con el móvil, la pequeña mano de Savannah, blanca, con una perfecta manicura francesa, se acercó a la de la chica y le arrebató el móvil de la mano, sus manos se rozaron y el cuerpo de Lana tembló por completo. Volvió a su sitio y escondió la cabeza entre los brazos como hacía siempre, se sentía avergonzada de ella misma, y también triste por lo poder hablar con Savannah , tener una conversación como las personas normales, e incluso ganarse su ternura, su compasión.
Terminó su castigo, cogió sus cosas y se fue sin despedirse, lo que era normal en ella.

3 comentarios:

  1. Hm, no está nada mal. Quizá en algunos momentos deberías revisar el tema de las comas. Creo que te excedes con ellas. Es decir, deberías meter más puntos y quitar comas. No te tomes esto a mal, trato de hacer una crítica constructiva.
    Bien, te diré lo que me ha gustado: el estilo rápido a la hora de narrar la acción, el personaje de Dan me cae bastante bien y creo que es original; y el hecho de que dejes caer algunas cosas sutilmente (como el hecho de que quizá a Dan le guste Lana).
    Lo que no me ha gustado ha sido que todos parecen tristes. Desde la abuela hasta el propio Dan. La única que no se libra es la profesora de literatura. El ambiente también es triste, mediocre (no digo que lo que escribes sea mediocre, sino que los personajes parecen llevar todos una vida mediocre). No sé si tratas de escribir un drama, pero vas por buen camino. Nadie se libra de que la tristeza de los cielos grises de Londres le absorba. Además, tampoco me gusta mucho la personalidad de Lana, pero eso es una mera opinión personal. Espero ver una evolución psicológica en ella.
    Ah, y bien planteado el tema de la homosexualidad. Es quizá lo que me más me atrae de todo.
    Bien, todo esto ha sido una opinión personal, así que no te cabrees conmigo :) Seguiré leyendo, que me mola.
    Ale, ánimos y a continuar ^^

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  2. Muchas gracias, no te preocupes, me gustan las críticas y que la gente ponga un mínimo de interés en lo que escribo. Y sí, trato de darle un aire dramático , algo mediocre, pero a decir verdad es realista. Más o menos es como me describe una amiga, inglesa por cierto, su ciudad y su gente.

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  3. Tu blog es fantastico tienes mucho talento en escribir
    bss
    M.S.L.Kuran

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