domingo, 14 de octubre de 2012

Capítulo 06: Resistant like a Diamond

2 de Diciembre

18:00

Dan estaba tumbado en su cama, con un libro en el pecho, se había quedado totalmente frito leyendo, mientras que Lana estudiaba. La chica se acercó a él y le dio una palmada en la cara, el chico no respondía pero sin embargo roncaba como un descosido.
La chica caminó en círculos por la habitación, sin nada que hacer ya que los ronquidos de Dan le impedían cualquier tipo de concentración y contacto con el estudio. Se asomó por la ventana, las calles estaban ya llenas de nieve y gente con bufandas y abrigos muy gruesos, más o menos como era casi todo el año.
Lana entristeció de repente, ya que eso significaba la llegada de la Navidad, y ella la odiaba. Le recordaba a cuando vivía con su madre y su padrastro, recordaba no haber tenido ni un solo regalo el día de Navidad bajo el árbol, ni tampoco haber comido dulces o turrón. La chica suspiró y corrió las cortinas de la habitación, la que se quedó casi completamente a oscuras, a excepción de la mesita de noche de Dan, que tenía una pequeña lámpara. Dan comenzó a abrir los ojos lentamente, Lana estaba allí dando vueltas sin parar un poco aburrida, había que ver lo rara que era esa chica. Dan sonrió ante aquel pensamiento. Se incorporó un poco a la cama y bostezó, dejando ver cada uno de sus dientes.

-Anda, pero si es la princesa durmiente...-Dijo Lana entre risas.

-Príncipe, sí no te importa.- Dan esbozó una sonrisa.

Lana sonrió y se sentó en la cama, justo al lado de Dan.

-¿Has estudiado?- Dijo él.

-En realidad no. Tus ronquidos no me dejaban tranquila.

Dan sonrió.

-Entonces, ¿que has estado haciendo?

-Dar vueltas como una loca.

Dan encarnó una ceja y frunció el entrecejo, luego comenzó a reír, Lana no entendía por qué Dan se reía tanto cuando estaba con ella, le daba la sensación de que se reía que ella o algo así, no le parecía nada respetuoso por su parte.
Dan miró fijamente los ojos de Lana, ella bajó la cara ruborizada, pero él puso un dedo bajo su barbilla y la subió de nuevo, para poder seguir contemplando sus ojos.

- Eres preciosa.

-Soy un orco.

-No es verdad.-Dijo Dan serio, severo y sincero.

-Sí lo es.

-¿Te lo demuestro?- Dijo el chico con media sonrisa.

Lana asintió, el chico se acercó lentamente a ella, hasta que sus labios se rozaron y desembocó en un beso. Dulce, sincero y quizás innecesario para Lana. Ahora tendría cosas que pensar y lo odiaba.
 La chica se apartó, y se aclaró la garganta.

-Tengo que irme...-Lana cogió sus cosas, pero Dan la paró y le cogió del brazo, la llevó hasta él y continuó el beso, esta vez era algo más que un beso, Lana volvió a echarse para atrás y salió de la habitación corriendo. Salió de la casa y se metió en el ascensor.

No se podía creer lo que había acabado de pasar, ella no quería, joder, no quería para nada eso con Dan, era su hermano, su hermano mayor, así lo veía ella. Le dio una patada al ascensor, retumbó violentamente, pero a ella le daba exactamente igual. Se sentía mal, confusa, mareada, con ganas de gritarle al mundo, con ganas de gritarle a Dan que no le quería de esa forma.



22:00

 La cena estaba sobre la mesa. Sopa de verduras. Lana se sentó enfrente de su abuela, Lisa, que no le quitaba el ojo de encima.

 -¿Has vuelto a tener problemas con el chico ese de la fiesta?

-No le he vuelto a ver, abuela.-Lana le dio un sorbo a la sopa.

Lisa se quitó un gran peso de encima al oír esas palabras.

-Oh, genial , ¿y Dan? ¿cómo está Dan?

 Lana suspiró y miró para otro lado.

-Está bien abuela.

Lana continuó con la sopa, no quería más preguntas , no quería pensar en Dan, ese tema la estaba atormentando, no quería pensar en ello, solo olvidarse,como si nunca hubiese pasado nada y siguiera siendo el Dan de siempre.

Lana terminó su plato de sopa y subió a su habitación, se puso en pijama y se sentó en el suelo, estaba frío, era agradable, en cierto punto.
Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, una por una, corriendo el maquillaje negro de sus ojos, manchando su camiseta blanca del pijama. No podía parar de llorar. Se sentía rara. Odiaba sentirse rara. Antes de que todo pasase, estaba bien, bueno , casi. ¿Por qué tenía que besarla? ¿Por qué? ¿Por qué? Estos pensamientos solo hicieron incrementar las lágrimas de Lana y su desesperación absoluta. Solo quería desaparecer , solo eso. Ella no era capaz de soportar más dramas. Después de todo por lo que había pasado en la vida, al fin y al cabo no era de diamante, era de cristal, podía caerse y romperse. No era nada fuerte emocionalmente. Y entonces, comenzó a acordarse de Savannah, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, desde los dedos de los pies hasta las orejas, Lana tembló por completo. Había desarrollado una serie de sentimientos irreales por esa chica, quizás solo fuese obsesión, ¿o quizás no? Y eso era algo que explicarle a Dan, de verdad sentía algo por ella, no solo era una ilusión.
Entonces, Lana comenzó a recordar los ojos labios de Savannah, gruesos, bonitos, sus ojos, su mirada increíble, su pelo, siempre perfecto. Su tez, preciosa. Comenzó a recordar sus curvas, una  a una, quizás tenía el cuerpo más bonito que había visto jamás. Y su voz. Y entonces, entonces recordó sus abrazos, suaves, tiernos...Lana se quedó sin aire, buscó respirar pero no podía, Savannah le quitaba la respiración, su corazón latía más fuerte, cuando pensaba en ella , todo comenzaba a ir mejor, ya no le importaba tanto el tema de Dan. Solo su recuerdo tenía el poder de mejorar cada maldito instante de su vida, hacerle creer en la felicidad, volver a ilusionarse con algo. La sentía, la llevaba con ella, si Savannah nunca la querría no era ningún problema, su simple recuerdo la hacía ser feliz. Con estos pensamientos se quedó completamente dormida en el suelo de su habitación.


3 de Diciembre

07:00

Lana se despertó en el suelo, con una manta por encima, su abuela debía de habérsela puesto para que no cogiese frío. Se sentía sorprendentemente bien. No le tenía miedo a nada. Ni a Chad, ni a lo que había pasado con Dan, a nada. Solo quería ir al instituto y estudiar, pasárselo bien y vivir como una adolescente normal, pero también sentía algo raro en ella esa mañana. Quería explotar y contárselo todo a Savannah, era una posibilidad, no le temía a su respuesta, pero necesitaba que ella lo supiese.

Lana se vistió rápido, pensaba llegar antes que nadie al instituto y buscar a Savannah. Se puso unos vaqueros pitillos desgarrados, unas zapatillas y un jersey de punto. Cogió un puñado de cereales y se los metió en la boca, sin ni siquiera tomar leche, cogió su scooter y puso rumbo al instituto.
Era mucho más temprano de lo habitual, pero Lana sentía que para sentirse totalmente completa tenía que ir allí y contárselo. Soltárselo todo. De golpe. Sin piedad. Que supiese exactamente por lo que estaba pasando en silencio. Probablemente la chica se asustaría o quizás soltase una risa y lo entendiese, fuera cual fuera su reacción, después de soltarlo, la adolescente se quitaría de encima esa gran carga que llevaba desde hacía días.
Llegó al instituto, en el aparcamiento solo había tres coches, y uno de ellos era el flamante coche de Savannah. No había nadie allí, Lana bajó de la moto y se acercó al coche de la profesora, la cuál estaba saliendo de él, tenía unas carpetas en los brazos y parecía ocupada. Tenía la oreja apoyada en el hombro, y parecía que estaba manteniendo una discusión por teléfono, una fuerte discusión.

-Oh, de acuerdo Ralph , hemos terminado.- Gritó la profesora y metió su móvil en el bolsillo, acto seguido suspiró, y justo entonces se percató de la presencia de Lana, sonrió ligeramente.- Buenos días Lana.

Lana comenzaba a dudar de su decisión de contárselo todo a la profesora, se sentía insegura, volvía a ser la Lana de siempre, la que tiene miedo de abrir la boca hasta para respirar.

-Savannah.- Los labios de Lana se partieron, pronunciando ese nombre tan perfecto.

La profesora volvió la mirada hacia la chica, que permanecía de pie, en medio del aparcamiento, con su mochila colgada al hombro, mirándola fijamente.

-¿Sí?- Dijo la profesora lo más amigable que pudo en ese momento de confusión total en su vida amorosa.

A Lana le empezaba a dar igual el tal 'Ralph' se había vuelto a auto-convencer de que quería contárselo, con pelos y señales, todo lo que sentía por ella.

-Tengo que contarte algo.- Prosiguió Lana, la profesora sonrió y se acercó a ella. - Desde hace algún tiempo me he dado cuenta de que siento algo... Especial por usted.

La profesora arqueó las cejas un poco sorprendida y confusa.

-¿Algo especial? No te entiendo, Lana.

Lana tomó aire y se acercó a la mujer, estaba confusa, ojiplática, mirando a la chica sin entender una sola palabra de las que decía. Se quedó ahí quieta. Entonces Lana se inclinó un poco , su respiración era muy acelerada. Sus labios estaban a un centímetro, una simple brizna de aire podría convertir aquello en un beso, entonces Lana partió sus labios y dijo:

-Te quiero.


2 comentarios:

  1. Siguienteeeee por favor :OOO me encanta tu novela , es geniaaaal. Siguela prontooo. Besooos reyna (:

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  2. siguee por favor. Me encanta tu novela y ya estoy enganchadisima.

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